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La emisión de bonos en el mercado de valores representa una herramienta financiera valiosa tanto para los emisores, que obtienen financiamiento, como para los inversionistas, que encuentran una alternativa segura y rentable para sus recursos. Sin embargo, es fundamental que los bonistas – es decir, los titulares de estos instrumentos de deuda – comprendan los derechos y acciones que pueden ejercer en caso de incumplimiento del emisor. A continuación, exploramos los derechos de los bonistas, las restricciones que enfrentan y las opciones legales disponibles cuando el emisor no cumple con sus obligaciones de pago.
Los bonistas son, esencialmente, acreedores de la empresa emisora y tienen derechos específicos en función de su posición. Los derechos fundamentales de los bonistas incluyen:
– Derecho al Pago de Capital e Intereses: Este es el derecho principal de los bonistas, consistente en recibir el pago de los intereses en los términos pactados y, al finalizar el plazo de la emisión, el reembolso del capital invertido. La frecuencia de estos pagos y la tasa de interés se establecen en los términos de la emisión.
– Derecho de Ejecución de Garantías: Cuando el bono está respaldado por activos específicos (como un fideicomiso de garantía), los bonistas tienen derecho a que esos activos se liquiden en su beneficio si el emisor incurre en un incumplimiento. Esta ejecución se realiza para asegurar la recuperación de los montos adeudados.
– Derecho a Información y Transparencia: Los bonistas tienen derecho a recibir información periódica sobre la situación financiera del emisor, así como a ser informados de cualquier evento que pueda afectar la capacidad del emisor para cumplir con sus pagos. Este derecho es esencial para monitorear el estado financiero de la empresa y anticipar posibles incumplimientos.
– Derecho a Participar en la Asamblea de Bonistas: La asamblea de bonistas es un mecanismo colectivo en el que los inversionistas pueden discutir y votar sobre decisiones cruciales, como la reestructuración de la deuda, la ejecución de garantías o la aceptación de nuevos términos de pago propuestos por el emisor. Este derecho permite a los bonistas actuar de manera organizada y consensuada frente a situaciones de incumplimiento.
A pesar de sus derechos, los bonistas también deben operar dentro de ciertas limitaciones y restricciones, que regulan las acciones individuales y colectivas ante el incumplimiento del emisor:
– Limitaciones en la Ejecución Individual de Garantías: En muchos casos, los bonistas no pueden ejecutar garantías de manera individual. La ejecución debe ser decidida en la asamblea de bonistas, asegurando una actuación coordinada y evitando que las acciones individuales comprometan los derechos de los demás inversionistas.
– Restricción en el Reclamo de Deudas Cruzadas: La cláusula de cross-default permite a los bonistas declarar el incumplimiento del emisor cuando éste incumple otras obligaciones financieras. Sin embargo, el uso de esta cláusula puede requerir la aprobación de la asamblea y no siempre puede activarse por parte de un bonista individual.
– Condiciones para Modificar los Términos de la Emisión: Los bonistas, a través de la asamblea, pueden modificar ciertos términos de la emisión, como la tasa de interés o el calendario de pagos. Sin embargo, estas decisiones suelen estar sujetas a mayorías calificadas, lo cual restringe a los bonistas individuales en el cambio de los términos acordados inicialmente.
– Limitación de Acciones Legales Independientes: En muchos países, y en emisiones específicas, los bonistas no pueden iniciar acciones legales individuales para reclamar pagos atrasados, sino que deben canalizar estos reclamos a través de la representación común que actúa en beneficio de todos los bonistas.
Cuando el emisor incurre en un incumplimiento, los bonistas tienen varias opciones legales y contractuales a su disposición. A continuación, se destacan las acciones más importantes:
– Declaración Formal de Incumplimiento y Ejecución de Garantías: Cuando se presenta un evento de incumplimiento, la asamblea de bonistas o su representante pueden declarar el incumplimiento formalmente. Esto permite activar las garantías establecidas (como fideicomisos o activos específicos) para cubrir los montos adeudados a los bonistas.
– Reestructuración de la Deuda: La asamblea de bonistas puede decidir renegociar los términos de la deuda con el emisor. Esto puede incluir modificaciones en las fechas de vencimiento, ajustes en las tasas de interés o restructuración de las condiciones de pago, siempre que sea en beneficio de los bonistas. La reestructuración puede ser especialmente útil en casos de dificultades temporales del emisor.
– Convocatoria de Asamblea de Bonistas: La asamblea es el órgano máximo de decisión y se puede convocar para tomar decisiones sobre el incumplimiento. Los bonistas pueden votar para definir si se procede con la ejecución de garantías, si se concede un período de gracia adicional al emisor o si se inicia una reestructuración de términos.
– Acciones Judiciales o Arbitrales: En caso de que las acciones anteriores no resuelvan el incumplimiento, los bonistas tienen el derecho de iniciar procedimientos legales o arbitrales para hacer cumplir sus derechos. Este proceso suele ser el último recurso, ya que puede implicar costos y tiempos adicionales.
El momento y la manera en que los bonistas ejercen sus derechos son cruciales para maximizar la recuperación de sus inversiones. Es fundamental que los bonistas consideren ciertos aspectos antes de tomar decisiones:
– Evaluación del Impacto en el Emisor: En casos de incumplimientos menores o temporales, puede ser más conveniente renegociar los términos de la emisión en lugar de ejecutar las garantías. La ejecución de garantías, si bien garantiza el pago, puede afectar la viabilidad financiera del emisor, lo que podría resultar en una pérdida significativa para los bonistas en el largo plazo.
– Análisis de Viabilidad de las Garantías: Antes de optar por la ejecución, los bonistas deben asegurarse de que los activos garantizados tienen el valor y la liquidez necesarios para cubrir el monto adeudado. En algunos casos, la venta de los activos puede no ser suficiente para satisfacer la deuda, por lo que es importante evaluar todas las alternativas.
– Actuar de Manera Coordinada y Consensuada: Las decisiones colectivas, a través de la asamblea de bonistas, suelen ser más efectivas y contundentes que las acciones individuales. La actuación coordinada permite que los bonistas negocien en bloque, lo que aumenta su poder de negociación frente al emisor.
La relación entre los bonistas y el emisor está sujeta a un marco de derechos y restricciones cuidadosamente estructurado para proteger a los inversionistas en el mercado de valores. En caso de incumplimiento del emisor, los bonistas cuentan con herramientas sólidas para hacer valer sus derechos, ya sea mediante la ejecución de garantías, la renegociación de términos o la búsqueda de resolución a través de la asamblea de bonistas.
No obstante, es fundamental que los bonistas actúen de manera informada y coordinada, evaluando el impacto de cada decisión tanto en su recuperación inmediata como en la viabilidad futura del emisor. Un análisis detallado y una estrategia bien planificada pueden marcar la diferencia en la efectividad de las acciones emprendidas y en la preservación del valor de su inversión.