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El análisis histórico de la figura del Coronel Segundo Leiva Velasco, especialmente en el contexto de su actuación durante la Guerra del Pacífico, ha sido objeto de una controversia significativa. Para comprender mejor su papel y las críticas que ha recibido, es esencial considerar tanto las circunstancias estratégicas y logísticas de la época como su trayectoria militar previa.
El Coronel Segundo Leiva Velasco, oriundo de Camaná, se encontraba al mando del Segundo Ejército del Sur, acantonado en Arequipa. Este ejército, compuesto por aproximadamente 5,000 hombres, estaba formado en su mayoría por reclutas inexpertos y oficiales civiles recién incorporados al servicio militar. Las dificultades logísticas eran notables: el ejército carecía de armamento adecuado y municiones suficientes, con relatos de soldados que esperaban que sus compañeros caídos dejaran un fusil para poder usarlo.
Además, la situación geopolítica era extremadamente adversa. Tras la caída de Moquegua en marzo y de Tacna en mayo de 1880, el control del sur peruano estaba en manos de Chile. Sin control del mar y con la mayoría de los valles ocupados por las fuerzas chilenas, el aprovisionamiento de alimentos y recursos para el ejército era prácticamente imposible. La ruta hacia Arica, por lo tanto, estaba cortada, y cualquier intento de movilización habría sido suicida, posiblemente resultando en una masacre similar a las sufridas en Tacna y Arica.
Evaluación de las Críticas
Los críticos de Leiva Velasco argumentan que su decisión de no movilizar el ejército hacia Arica y su posterior rendición a las fuerzas chilenas constituyen un acto de traición. Sin embargo, este juicio puede ser severo si se considera la falta de recursos y la situación desesperada en la que se encontraba. Aquellos que juzgan sus acciones deberían, en primer lugar, explicar cómo habría sido posible para Leiva llevar a cabo una movilización militar efectiva bajo esas circunstancias extremas.
Trayectoria Militar y Legado
Es importante destacar la carrera militar previa de Leiva Velasco, quien luchó en diversas batallas, como las de Yanacocha, Guías, Cuevillas, y participó en el Combate del 2 de Mayo. También peleó al lado del Mariscal Ramón Castilla, demostrando un historial de lealtad y servicio al país. Estos antecedentes sugieren que su decisión durante la Guerra del Pacífico no fue producto de falta de patriotismo, sino de una evaluación pragmática de una situación militar insostenible.
Algunos historiadores y analistas argumentan que, en lugar de concentrarse en defender un puerto perdido como Arica, el Coronel Francisco Bolognesi y su ejército deberían haber replegado sus fuerzas hacia Arequipa. Esto habría permitido una reorganización y potencialmente una continuación de la guerra en la sierra, una estrategia que fue parcialmente implementada durante la Campaña de la Breña.
Reflexiones Finales
La comparación con el epitafio del cónsul romano Publio Cornelio Escipión, «Patria ingrata, ni siquiera tienes mis huesos,» resuena en el caso de Segundo Leiva Velasco. Como muchos personajes históricos, su legado está marcado por las circunstancias de su tiempo y las percepciones posteriores. La tumba de Leiva, sencilla y olvidada, simboliza el juicio duro y, posiblemente, injusto de una nación que, enfrentada a la derrota, buscó chivos expiatorios para sus desgracias.
En conclusión, la figura del Coronel Segundo Leiva Velasco debe ser revisada con una visión equilibrada que considere tanto las limitaciones del contexto en que operó como sus antecedentes de servicio a la patria. La historia, como disciplina jurídica, debe esforzarse por entender los matices y complejidades que rodean a figuras controvertidas, reconociendo que las decisiones tomadas en tiempos de guerra rara vez son simples y unívocas.